lunes, 4 de mayo de 2009

El corto-documental encuentra su hueco entre sesión y sesión

ENTREVISTA

Torres de CD’s, pósteres de películas, un par de cámaras entre la televisión y un ordenador ejecutando un editor de video,… así es la habitación en la que Fernando Corral nos recibe. Estudia Comunicación Audiovisual en Madrid y a su corta edad ya ha colaborado en casi una decena de cortometrajes y pertenece a la Asociación de Cine Cinempozuelos. En 2009 fue finalista del certamen de video-minuto de UrbanTV convocado por la Casa Encendida. Este mismo año ejerció de responsable en la organización del primer Festival de Cine Documental Docu100, que ha resultado ser uno de festivales de documentales internacionales de más resonancia en nuestro país. Hablamos con él acerca de las dificultades para sacar adelante un proyecto de tal envergadura, comentamos la situación actual del documental en España y desentrañamos los misterios de los equipos de jurado.

Pregunta: ¿Cómo surgió la idea de organizar un festival de cine en una pequeña localidad como Ciempozuelos?

Fernando Corral: La idea surgió a partir del festival de cine de Vivalia. Es una empresa productora de cine independiente que organizaba cursos en el pueblo y un festival de cortometrajes al año. No estábamos muy contentos con ella, siempre otorgaba premios a cortos de la misma productora. La idea de organizar nuestro propio festival fue del presidente de nuestra asociación. La propuso, gustó y fuimos para adelante.

P: ¿Cuál fue el procedimiento previo a la convocatoria?

F.C: Primero pedimos ayuda al Ayuntamiento, ese fue el gran problema para la organización del festival. Los ayuntamientos tienen miedo a estas cosas. Les mostramos el proyecto y no les convenció del todo. Tuvimos que insistir un año y medio.

P: Usted perteneció al equipo de preselección. ¿Cómo funcionó esta fase previa al fallo del jurado?

F.C: Fuimos unos cuantos, quizás ese fue el mayor error, teníamos que haber sido todos los miembros de Cinempozuelos. Tuvimos que quedarnos con doce documentales que se expusieron en el festival, de un total de casi doscientos.

P: ¿Qué criterios se siguen al someter a los metrajes a la criba?

F.C: En primer lugar, la calidad. Es decir, que estuviera rodado con calidad de imagen. De todas formas, los que estuvieran grabados con mini-DV también podían ser seleccionados. Lo que pretendíamos era que, al ser nuestro primer festival, pudiera hacer alarde de un buen nivel audiovisual. De hecho, uno de los nominados ganó después el Goya a mejor documental, Héroes: no hacen falta alas para volar.

P: A la hora de escoger un documental frente a otros, ¿evaluáis criterios por separado o se trata de la impresión general?

F.C: Es la impresión general. Había documentales cortos que eran mucho mejores que otros de casi 45 minutos. Había también cortometrajes históricos de 45 minutos que podrían dormir a cualquiera. Están muy bien para un canal de Historia, pero si fuesen proyectados aburrirían a la gente. Buscamos la originalidad y variedad de temas. Tristemente los temas son siempre los mismos: pena, violencia, pobreza,… todo lo malo que hay en el mundo.




P: Cuando poníais en común vuestras impresiones, ¿había unanimidad generalmente dentro del equipo de preselección?

F.C: Para gustos los colores. Es un procedimiento muy subjetivo. Lo hacíamos por puntuación y establecíamos la media sobre 5 puntos. En algunos documentales, la evaluación variaba mucho de un miembro del jurado de preselección a otro. Es lo malo de que fuéramos tan pocos los que nos dedicábamos a esta labor.


P: ¿La película que ganó fue la mejor de las que se presentaron?
F.C: [Silencio] No se cuál decirte que fue la mejor. Para mí, de las que se presentaron fue una de las mejores.

P: ¿Cuál es la situación del cine documental en España?

F.C: Pocos buenos documentales se hacen en nuestro país. Todos los buenos documentales vienen de fuera o son coproducciones. La cuestión es que en España no hay una industria, tienes que pedir subvención al Ministerio. Empresas que se dediquen exclusivamente a la producción documental no hay.

P: ¿Qué opciones tienen los artistas, por decirlo de algún modo, noveles?

F.C: Hay concursos específicos: para video-móvil, para video-minuto,… Con una Mini-DV se puede hacer un documental excelente. El potencial siempre se nota.

P: ¿Piensa que el corto-documental debería tener un hueco en las salas de cine?

F.C: Yo creo que sí. Hay todo tipo de cortometrajes que podrían ocupar ese espacio destinado a los anuncios antes del film. Incluso, entre sesión y sesión podrían tener un hueco o, lo que es más, una sala habilitada para la proyección de cortometrajes.

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